Crear una agenda para este 2024 no es una tarea fácil. Aquí está nuestro intento anual de estructurar la incertidumbre, el desorden y centrarnos en aspectos que son importantes para los directivos de las empresas, especialmente dentro de la industria alimentaria.
1.Confort con ambigüedad
Las buenas noticias sobre la última Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP28) de diciembre 2023, es que sus miembros han reconocido la necesidad de alejarse progresivamente de los combustibles fósiles. Sin embargo, los acuerdos siguen siendo poco concretos; en objetivos, en tiempo, y grado de en cumplimiento. En definitiva, el acuerdo deja mucho margen para que los países marquen su propio ritmo de desarrollo sostenible, al igual que estarán abiertos a interpretar las medidas según sus intereses. Por lo que deberemos seguir operando bajo un contexto de incertidumbre y un constante seguimiento regulatorio para cumplir con los compromisos a corto plazo, y adecuar la estrategia y operativa empresarial para poder cumplir los retos a medio y largo plazo.
2.Los Químicos que Comemos
Mientras, la circularidad de los envases acapara todas las portadas y debates, poco se está hablando de las potenciales migraciones de sustancias que se encuentran en productos y envases hacia las personas y entorno como son compuestos perfluorados (PFAS).
La Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) está evaluando una propuesta respaldada por agencias ambientales de varios países Europeos para restringir fuertemente la producción de más de 12,000 sustancias conocidas como «químicos para siempre», incluidos los PFAS en productos y envases por potencialmente representar riesgos para el medio ambiente y la salud humana. La propuesta busca minimizar el uso de PFAS, impulsando un cambio hacia soluciones alternativas.
3.El Poder del Papel
Este 2023 ya hemos vivido una revolución del papel en el packaging, y sin duda seguiremos viendo esta tendencia en los próximos años. Cerca del 40% del plástico producido se destina a envases de un solo uso, por lo que la oportunidad de reducir su impacto sustituyéndolo por papel es gigantesca.
La buena noticia es que el papel ya dispone de altas prestaciones anti grasa, antihumedad, incluso ofreciendo barreras frente al oxígeno y termosellabilidad, manteniendo su probada alta tasa de reciclaje.
4.Reports de Sostenibilidad
Prepárate para los nuevos requisitos de reporting ESG
En el año 2024, cerca de 50.000 compañías tendrán la necesidad de crear y divulgar los nuevos informes de sostenibilidad. Esto incluye a empresas que no forman parte de la Unión Europea pero que tienen subsidiarias operando en la UE o que cotizan en mercados regulados de la UE.
El reporting en sostenibilidad a nivel mundial está llegando casi al 100% entre las llamadas empresas N100; una muestra de las mayores empresas de diferentes países. La tendencia es imparable también entre las Fortune 500. Según nuestro análisis, hace diez años, el 65% de estas empresas ya lo reportaban, y en 2023, ese número ya se sitúa por encima del 85%.
Ante este escenario, los consumidores aumentarán sus expectativas y esperarán el mismo nivel de transparencia y compromiso por parte de empresas medianas e incluso pequeñas, aunque no estén obligadas a hacerlo.
5.Skinny Packaging
La práctica del Skinny Packaging continuará muy viva en los próximos años convirtiendo los envases en más ligeros (uso de menos material), más puros a nivel de materia prima para mejorar su tasa de reciclado (monomateriales), menos tintas (diseños más limpios), y con todo ello obtener una mayor eficiencia en el ámbito logístico y también una mejora en la rentabilidad.
6.El Consumidor Decide
Las decisiones de embalaje sin validación del consumidor pueden llevar a fracasos evitables, como lanzar al mercado un producto con un precio que los consumidores no están dispuestos a pagar (excesivo green premium). Otro error común es centrarse solo en reducir las emisiones sin considerar la funcionalidad real del producto. Por ejemplo, una conocida marca de alimentación lanzó al mercado una nueva línea de comida preparada servida en bandejas de cartón recubierta de film plástico pelable antigrasa para poder separar los residuos y así mejorar su huella de carbono. El problema vino cuando meses después se dieron cuenta que los consumidores no separaban los materiales en su día a día, además de tener una experiencia compleja y negativa al abrir el envase. La marca tuvo que abandonar este tipo de bandejas y empezar el proyecto de nuevo. El consumidor sigue siendo el centro en las empresas, y si queremos asegurar el éxito de un nuevo envase, es preciso su validación a través de los estudios y la investigación.
7.Greenfluencers
Los «Greenfluencers» son los nuevos influencers que desempeñan un papel clave en el aumento de las conversaciones sobre cambio climático, alcanzando un máximo histórico de menciones en 2023. Estas figuras, como Carlota Bruna o Ana de Santos a nivel nacional, y Mikaela Loach o Sage Lenier a nivel internacional, promueven la conciencia ambiental y contribuyen al crecimiento de prácticas sostenibles, especialmente entre la generación más joven. Son los y las nuevas accionistas del planeta a tener en cuenta para cualquier empresa o institución actual, ya que los consumidores de la Generación Z y los Millennials creen que, si una marca se preocupa por su impacto sobre las personas y en el planeta, son un 27% más propensos a comprarla, lo que demuestra claramente el poder de la sostenibilidad para influir en las decisiones de compra en este grupo. Un nuevo grupo de interés a considerar en la elaboración de futuras estrategias y planes de acción.
8.Greenwashing
Pronto podríamos despedirnos de la moda de claims como «Eco-Friendly” y similares en el mundo de la comunicación, al menos en la Unión Europea. El Parlamento de la UE está a punto de aprobar nuevas reglas que buscan prohibir el uso de términos vagos en productos y servicios, como «amigable con el medio ambiente», «eco-friendly», o «verde» entre muchos otros.
Por esta razón, el pasado 2023, la propia Comisión Europea anunciaba una nueva propuesta para establecer criterios comunes contra el greenwashing y la información medioambiental engañosa. Se trata de la “Directiva sobre alegaciones medioambientales “o “Proposal of a Directive on Green Claims”, en inglés.
Estas regulaciones requerirán que las empresas respalden sus afirmaciones de sostenibilidad con evidencia sólida. Aunque estas normativas podrían dar a los diseñadores una oportunidad para impulsar prácticas más ecológicas, surge la pregunta de si serán suficientes o si nos llevarán a una nueva era de lenguaje y estética de «greenwashing».
9.La Llegada del Pasaporte Digital
Dado que el diseño del producto determina hasta el 80 % de su impacto ambiental durante su ciclo de vida, se prevé bien pronto una regulación que establezca los criterios mínimos para su circularidad, uso eficiente de energía, e impacto medio ambiental.
La actual “Regulación de Productos Sostenibles” (ESPR) representa una primera orientación y marco de actuación para las empresas. Sin embargo, el gran cambio se prevé para finales del 2024 cuando la Unión Europea regule los “Pasaportes Digitales de Productos” (DPPs).
Los DPPs proporcionarán información sobre la sostenibilidad ambiental al escanear el código. Incluirá detalles como durabilidad, reparabilidad y contenido reciclado. Esto ayudará a consumidores y empresas a tomar mejores decisiones, y a fomentar las reparaciones y el reciclaje, además de mejorar la transparencia sobre el impacto ambiental y facilitar controles para las instituciones gubernamentales.
10.Del DIY (Do It Yourself) al DIT (Do It Together)
A la hora de provocar cambios a nivel de sostenibilidad es necesario colaborar, conectar con otros participantes con el mismo objetivo para maximizar los resultados. Y en el mundo empresarial, este liderazgo frecuentemente viene agentes externos como nuevas asociaciones sectoriales que fomentan la movilización conjunta. Un ejemplo reciente y significativo es el proyecto lanzado por la plataforma Manufacture 2030 (M2030) que une a empresas del mismo sector a reducir el 50% de las emisiones para 2030. Las mayores cadenas de supermercados del Reino Unido, incluyendo Aldi, Asda, Tesco y otras ya han empezado a colaborar para abordar la descarbonización de sus cadenas de suministro, responsables de hasta el 90% de las emisiones de sus supermercados.
Esta plataforma de descarbonización ofrece a los proveedores acceso a proyectos de buenas prácticas, herramientas educativas y servicios de apoyo, facilitando a las empresas la identificación e implementación de oportunidades para reducir su impacto ambiental.