El proyecto de sostenibilidad impulsado en un mercado icónico de la ciudad de Barcelona comenzó con un diagnóstico riguroso: más de 1.000 encuestas a consumidores y una auditoría detallada de cada tipología de puesto. A partir de ahí, se implantaron soluciones como un nuevo sistema de recogida selectiva para el público y los comercios, la promoción de envases compostables y pilotos con opciones reutilizables, así como la aplicación del pasaporte digital de producto.
Todo ello se acompañó de una campaña educativa con el lema “A poc a poc”, acciones de sensibilización a pie de parada, un dossier de buenas prácticas y un sistema de seguimiento individualizado para medir la evolución de cada punto de venta. Un modelo de transición realista, escalable y hecho desde dentro.